Fragmentos de la apreciación crítica
del libro “Detrás del velo, el césped esta verde” de María Vásquez Vélez
Por Miguel Godos Curay:
Piura, es una tierra de narradores.
Abundan los relatos salpicados de verosimilitud pero también los inventarios de
timos y mentiras. De distinta naturaleza. Cuentista, en Piura no es el que urde
cuentos sino el que sorprende la buena fe de los otros. En cierta forma
prevalece la oralidad de los que refieren historias deslumbrantes. Sostiene
Dimas Arrieta que el contar cuentos tiene que ver con la contabilidad, Que no es otra cosa que la puntualidad con la que
se refieren los detalles de los cuentos. Los cuentos son una contabilidad de
acontecimientos humanos que son perdurables y algunas veces maravillosos.
Parafraseando a Laura Restrepo:
“Piura es un espacio en donde mayor cantidad de supersticiones podemos
contabilizar, por metro cuadrado”. Se dice sólo en Piura. Que hay alimentos fríos y calientes, el mango es
caliente y la palta es fría. Asimismo que la candela habla. Si una cuchara se
cae hay que guardar una vianda de comida para alguien que viene por el camino.
Confieso que la mayoría de libros que
tengo son comprados en el mercado de todo tipo. Se tiene la idea de que los
libros de muertos penan y es parte de estas supersticiones que María Vásquez
logra recoger en sus relatos, en otros se menciona la costumbre de
recordar los chucaques, en la actualidad en San José he podido observar un
letrero que dice: “Se cura chucaque a 15 soles”, entonces todo eso se ve en
Piura. Yo recuerdo haber estado en Catacaos en casa de una señora Zapata y a
eso de las 6 de la tarde conversaba con las flores, con las chavelitas y la
cantidad de plantas que tenía.
Los relatos de María son amenos, sus
personajes hablan por sí mismos, en donde menciona a Perseo que es un perrito,
les comento que los perros tienen una memoria prodigiosa para recordar a sus
amos, para recordar los gestos amables. Una vez en la sierra me
encontraba perros que habían sido atropellados y con otros amigos los
enterrábamos, porque los perros te cuidan y protegen y fiel a ese espíritu
tengo un cementerio canino al frente de mi casa, ahí está Canelo, Chumbeque y a
cada uno se le ha puesto un árbol. Todo esto un ensueño en el que vivimos
sumergidos.
Para saber contar hay que tener una
sensibilidad, que la tiene María para captar lo que para muchos a veces pasa
por desapercibido, detalles, escenarios experiencias, vivencias, sueños, temores,
la magia. En su libro se tiene el cuento
del mercachifles, trata de un mercachifle extraordinario, que negocia
todo, también está el vendedor de ilusiones y están hechos para leerse de un
tirón. Y yo creo que cada uno de ustedes se va a sentir reflejados en cada uno
de ellos porque es casi como una transparencia de lo que somos, si algo tiene
el piurano que es creyente y solitario.
Veo que lugares como el paseo que
está entre la Caja Municipal y el correo nadie iba por el fuerte aire, pero ahora
está invadido por la pokemanía y hemos conseguido lo que no ha conseguido El
Tiempo, Correo ni La Hora, ni otra forma de publicidad de promocionar a
la Universidad con la pokemanía, como han puesto que es paradero de
pokemones la gente se arremolina por ahí.
“Detrás del velo, el césped esta
verde” es un libro que lo van a leer de un tirón, por supuesto que no se
van a aburrir, María nos está entregando de esa dimensión personal que tiene
para capturar momentos y cosas. María tiene una extraordinaria capacidad de
sentir las cosas y de ponerlas en blanco y negro, yo creo que es un mérito
mayor y su riqueza extraordinaria. Piura tierra de mujeres extraordinarias,
bellas, hermosas, inolvidables; como María Vásquez.
Perú, Piura 15 de agosto de 2016.
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